martes, 3 de mayo de 2011

Vencida por el tiempo la esperanza...*


Hoy intento distraerme y no puedo.
Me siento extraña.

Hace tiempo, le dije a alguien que en mi hay esencialmente 3 personitas: Pame, la niña que parece tan tierna, tan reflexiva, pero que es cruel y mordaz cuando la hacen enojar. Zara, la tipa loca que parece tener bipolaridad porque le dan ataques de risa que casi la asfixian y de tanto llorar por las noches, aprendió a hacerlo en completo silencio para que sus sollozos ni despierten ni molesten a nadie y Navesh... la pequeña frágil que se esconde muy adentro, porque está avergonzada y herida y si la tocas se rompe y es tan pura como un recién nacido pero tiene el corazón cansadísimo.

Ahh, no sé que tengo.
Nada me reconforta, no escribo, no leo, no canto.
La música no es soportable para mi, no puedo escuchar nada. Me di una vuelta por el blog de Karla ya que siempre tiene buenas sugerencias respecto a música o pelis... Pero no, no aguantaba, menos de 10 segundos y presiono mute, siempre, en todo.
No tengo nada que leer. Mis libros favoritos me dan la espalda porque ya no los acarició igual... Pero es acaso culpa mía?
No canto desde hace meses... La historia es un tanto novelesca y cliché, así que no la pondré aquí.

Dónde está aquel que me hacía cantar a gritos, por el que escuchaba música y me hacía el efecto de drogas, dónde está aquel que hacia que dejara de leer solo para suspirar?
Soy cursi, lo sé... Pero no me siento muy cómoda siéndolo. No puedo, simplemente...

Tengo está congoja rara, lloro sin saber ni qué onda.
La vida se me está escurriendo de las manos, está vida que no siento que sea mía, está vida que otros manejan porque yo hice cosas que desembocaron en esto.

Tengo grandísimos anhelos. Me siento sucia por ser ambiciosa, me siento como si no mereciera nada que no sea está desdicha.
A veces súplique por ya no saber más, por ser simple, por estar conforme con lo que mucha gente lo está.
Y luego pienso "Qué chingados?! Yo necesito otras cosas" y todo se va al traste.

Lo quiero, no lo quiero, lo quiero, no lo quiero, lo q...

Y luego siento está cosa en el estómago, como cuando el ascensor sube rápidamente o cuando desciendes de algún lugar mientras van en auto, ese saltito. Y dejo de llorar casi milagrosamente, tan raro que se me secan las lágrimas en las mejillas.

Y no sé si me siento triste porque termino a pesar de todos mis esfuerzos, porque no va a ser igual nada, porque lo sigo queriendo, porque cambie demasiado por esto, porque puede que no pase nada y todo siga igual, porque ya no lo quiero, porque él no me ama, porque él me ama de una manera que no comprendo, porque yo NO estoy aquí, porque todos están aquí, porque yo no soy dueña de mi vida, porque quiero irme, lejos lejos, huir de todos y luego no puedo porque soy miedosa y me da terror que al volver no haya nada o que al llegar no llegue.

Y no quiero volver a ser catalogada como débil, no quiero volver a ver la mirada de reprobación, esa mirada, que siempre está ahí, en todos lados, en toda la gente, ya no salgo de mi casa más que lo necesario, no he visto a mis amigos, no he hablado con nadie, me distancié de mi familia y todo está bien porque no notan nada.

Soy una perfecta embustera.

Napoleón duerme sobre mis pies.


*Pensamientos del amante, Fernando CharryEnlace Lara.