domingo, 31 de enero de 2010

El cardenal Napellus

Desde hace unos días me encuentro terriblemente indiferente, y pasando por alto una horrible sensación que tuve el viernes, podría decirse que me he convertido en un zombie (Aunque los cerebros no me apetecen).

Es difícil darte cuenta de que las cosas no siempre marchan bien y es difícil aceptar que hay veces en que no puedes cambiarlas porque no son problema tuyo.

También me he sentido muy cansada, eso es uncool, pero espero que pronto pase y que se deba solo a que me faltan vitaminas o algo por el estilo.

Mi madre me dijo que necesito ver a un psicólogo porque pienso con frecuencia en la muerte y que eso no es normal en una jovencita y que las vacas no vuelan si no van en un avión o en algo así.

Ok, tal vez sea cierto que necesito ir con un psicólogo... No, no necesito un psicólogo, necesito un psiquiatra, que no es lo mismo.

Ya no creo estar destinada a nada espectacular y eso me hace daño porque en el fondo creo que sí estoy destinada a muchas cosas grandiosas pero que no las lograre por mi estupidez.

Alguien me ayuda y me dice que puedo hacer con mi pseudo-vida?
No quiero ni creo que pueda dar un paso y ser famosa o conocida o admirada o apreciada, bien sé que eso requiere trabajo duro y constante pero la verdad ya no sé qué trabajo puedo hacer para lograr lo que tengo que lograr.


Soy contradictoria en muchos sentidos.

Ahora cambiare de tema porque hay algo que quiero contarles;

He estado leyendo "Murciélagos" de Gustav Meynrink, y ya sea debido a mi actual estado de ánimo o a que en verdad es de los libros que sacian tu mente con largueza, lo recomiendo con mucha sinceridad.

El cardenal Napellus es un cuento formidable, o bueno, una historia jenial.

Les dejo un pequeño fragmento para que se hagan una idea y decidan si leerlo o no (:

- A usted la ciencia le importa tan poco como a mí, profesor - le dijo a Eshcuid, y sonó como una interpelación - . ¿Por qué no llama a las cosas por su nombre? Para nosotros la ciencia no es más que un pretexto para hacer algo, cualquier cosa, no importa qué; la vida, la terrible, despiadada vida, ha marchitado nuestras almas, nos ha robado nuestro propio yo, y entonces, para no estar gritando siempre de dolor, andamos detrás de de caprichos pueriles para olvidar lo que perdimos. Para olvidar, nada más que para eso. ¡No nos engañemos a nosotros mismos!

No sé si duele más abandonarse a si mismo o darse cuenta de que uno nunca valió la pena.

viernes, 22 de enero de 2010

Tan sin nadie a quien amar estaba en esta tierra de amarguras...

Alguna vez han sentido el dolor del abandono?
Estoy en un agujero, tal vez más hondo que antes, y eso me hace recordar tiempos mejores. Cuando tenía a un amigo del alma al lado.
Sigo teniendo amigos, pero para mi desgracia, nadie puede ocupar el lugar que tan de repente quedo vacío, sin explicación, de un momento a otro.

Claro, he hecho buenísimos amigos en el lapso del tiempo que narró aquí abajo, pero la verdad, el era distinto.

Se dan cuenta que en el silencio el ruido se escucha más fuerte? Supongo que en el vacío el Dolor se siente más.

Lo que sigue a continuación es una carta, de esas que nunca llegan a ser leídas por las personas a quien van dirigidas.

Idiota de mí, por extrañarte a ti, cerdo imbécil.

Últimamente no sabes como te he pensado (Odiándote, añorandote, intentando verle el lado cómico al fin abrupto de nuestra amistad), pero sabes qué?
Gracias.

Gracias por irte y dejarme con la ilusión de que nos volveríamos a encontrar algún día.

Gracias por fingir que eramos parecidos y que compartiamos cosas.

Gracias por no estar aquí cuando más te necesitaba.

Gracias por no estar aquí evitandome lloriquear en tu hombro cuando las cosas se ponen difíciles.

Gracias por dejar que la distancia interrumpiera nuestra amistad de años.

Gracias por no contestar todos los e-mails que te he enviado.O los mensajes de voz, porque nunca contestas el telefóno.

Gracias por hacer que cada día se sienta más todo lo que perdimos juntos.

Gracias por no haberme enviado un mensaje para que me despreocupara cuando dudaba si estabas vivo.

Gracias por no evitarme o aligerarme el dolor punzante que siento cuando noto que estoy sola. Porque lo estoy.

Gracias por haberme obligado a enfrentarme sin compañía a retos cada vez más difíciles.

Gracias por el inmenso dolor de haberte conocido.

Gracias porque fuiste mi primer amigo.

Gracias porque creí que estaríamos en contacto.

Gracias por dejarme en el error de creerme especial en tu vida.

Gracias por cuidarme, protegerme, o lo que fuera que hacías. (O pretendías hacer)

No mentire, no puedo decirte que tu ausencia me ha hecho independiente. Solo me ha fortalecido un poco.

Estoy enojada, contigo por que no estás y conmigo porque te extraño, porque te quiero, porque te sigo considerando especial, porque sé que no vas a volver y no puedo evitar estar pendiente por si apareces.

No es una carta de amor frustrado, no esta terminada por que no tengo agallas, no la envío porque sé que el sobre no va a ser abierto.

Es curioso que cuando piensas en tus pérdidas te sientas más solo.

sábado, 2 de enero de 2010

De pronto el aire denso no me deja respirar...

Bengala (:

Tengo ganas de escribir.

No quiero esforzarme al intentar plasmar en la pantalla pensamientos profundos que los lleven a largas meditaciones, o ingeniosas frases que aniden en su mente.

Simple y sencillamente, les contare como estuvieron mis vacaciones de invierno.

El inicio no fue alegre, estaba herida en el ego.
Mi profesor de coro no me permitio cantar en el recital, alegando que lo único que transimitía en ese momento era tristeza y no quería eso en su recital.
Tuve que mentirle a mi mamá para que no se decepcionara y le dije que el recital había sido cancelado. Me sentí muy mal. Pero ahora quiero, necesito cantar.
Y por eso, me esforzare con el nuevo repertorio.

El 17 salimos de Tehuacán para reunirnos con mi abuelo y mis tías y emprender el camino rumbo a Chiapas.

Estuvo larguísimo porque como una de mis tías organizo la excursión, pues tuvimos que ir en autobús.

El primer día en Chiapas, en Tuxtla, Gutiérrez, más concretamente en El mercado de los Ancianos o algo así, me robaron la bolsa, que adentro tenía mi iPod rosa gae, mi BlackBerry, medicinas (porque estaba yo enferma con una tos espantosa), mi credencial de la prepa y mis súper gafas de sol.
(Aguas si van por allá, al parecer no soy a la primera a la que le pasa eso allí, en ese mercaducho)
Poco a poco recuperare todo lo que me robaron, como se acercaban las fechas de regalos y presentes, casi enseguida tuve mi iPod (que fue lo que más me dolío, solo imaginen escuchar 3 días a Arjona y comprenderan mi agonía) y mañana tendre un cel.

Las gafas de sol y la credencial de la prepa, tendrán que esperar un poco más, el lunes ire a pedir la reposición pero eso me recuerda que aún no me tomo las pic´s.

El resto del viaje no estuvo nada mal.

A excepción de 2 equivocaciones, jaja, la primera fue aceptar ir a un antro feucho en San Cristóbal, llamado "Latino´s" también lo desrecomiendo ampliamente.
Otro fue en Villahermosa. Bajamos a comer algo y a estirar las piernas intentando desentumecer el trasero (en mi caso) y cuando intentamos pasar de nuevo a la terminal, un guardia de seguridad se enojo porque una de mis tías no le hizo caso y me jaló del brazo el tipo ese U.u
Otra de mis tías vió eso y se convirtió en un basilisco, casi se lo madrea ahí mismo.

Hubo cosas hermosísimas, por ejemplo, paseamos en el Río Grijalva para admirar el Cañón del Sumidero, y al regreso del trayecto me quedé dormida, jaja, se imaginan dormirse en un río así?
En el recorrido vimos a 2 monos araña y a un cocodrilo, además de las bellezas que la naturaleza nos muestra en ese lugar.

San Cristóbal de las casas es un pueblito hermoso, hace frío y todo es tipo... ammm... ausente de mestizaje.

Había muchos turistas en Palenque, y algunos riachuelos con agua limpísima.

En Las Cascadas del Chiflón encontre una piedra muy bonita, y el sonido del agua era sencillamente hermoso.

En todos los lugares, a los que fuimos, tuve la oportunidad de lavarme las manos en un río.
No sé porqué lo hice, supongo que para deshacerme de todo lo que me impide ser feliz.

Llegué aquí bastante tranquila, sin otro deseo para los maleantes que me robaron la bolsa que la profunda convicción de que el karma los va a matar.
Espero que hayan comprado comida o algo con lo que consiguieron vendiendo mis cosas.
Obviamente en el momento sí me enoje, y dije hasta de lo que se iban a morir, pero después me arrepentí y fui a la iglesia.

Compré algunas cosas lindas.

Como muchos de mis tíos abuelos iban, yo era la mimada ahí (:
Y eso fue cool.
Decía "Tengo frío" y ellos le decían bruscamente al chofer que apagara el aire acondicionado después de cubrirme con cobijas (:
Decía "Tengo hambre" y me daban manzanas.
Decía "Tengo sed!" y si era de noche, ordenaban que me preparan un chocolate con pan, de día pedían agua de limón recién hecha.

Ahh, eso era buenísima vida.