sábado, 11 de enero de 2014

Tu voz de soledad inquieta cautiva mi alma...*

Inicie un nuevo trimestre en la uni este lunes.
No sé, al parecer mi última materia de tronco común requerirá más tiempo que las que son de mi carrera.
Eso me parece un poco absurdo, pero es mi culpa porque yo metí esa materia con esa profe, en fin... A Dios rogando y con el mazo dando, diría mi papá.

He estado algo depre... Las fechas, supongo, descontrolan mis emociones. Y eso sumado a que todo el mundo quiere que haga lo que ellos quieren y no me dejan respirar en paz, no ayuda mucho.

Dios, a veces me siento muy malagradecida, pero de verdad desde navidades me siento como una marioneta.

Luego estuve enferma, horriblemente enferma. Una espantosa gripa me tumbo en cama durante muchos días, con antibióticos, antiinflamatorios, broncodilatadores y analgésicos.
Así empecé el trimestre, sintiendo que iba a escupir los pulmones en cualquier momento y rogando por morir rápido porque hasta respirar dolía mucho.
Y bueno, no es un comienzo glorioso.

Pero espero de verdad que pueda terminar bien lo que empecé más o menos bien.
Muchos de mis compañeros se dieron de baja, es extraño.

Ahora nos mezclaron con el otro grupo de la generación, es extraño, aún se nota la diferencia porque los miembros de cada grupo se sientan en extremos opuestos de los salones.
Ya no sé si quiero hacer amigos, supongo que mi estado de ánimo no es el necesario para que pueda socializar.
Pero espero mejorar, de verdad, sé que hay gente genial a la que puedo conocer y de quien puedo aprender mucho.

Me gustaría perderme en mi otra vez, alejarme de todo un tiempo, pensar yo sola, gritar si quiero... Sólo debo tener paciencia. Ya entendí que cada vez que anhelo algo que no es lindo ni anhelable, sólo es cuestión de tiempo para que vuelva a estar sola o con el corazón roto o preocupada.
Ya no quiero pedir a gritos sentir. Es inútil, después de todo.

Quisiera vivir en una comunidad real.


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