martes, 27 de abril de 2010

¿A dónde van? ¿A dónde voy? ¡Quién sabe!

Me siento tan cansada.

Mi rola para estos momentos es Me tome una pastilla de División Minúscula.
Un tracklist de tragedia, jajaja.

Odio las desilusiones, pero quién no las odia?

La realidad es eterna, no se desvanece, es imperecedera.
La ilusión es una forma de apego y está llena de dolor.

Es tan frío este lugar, cambie el aire de mis pulmones por tu perfume, solo así podría estar bien...

Su perfume, olía delicioso, embriagante.

Sigo con mis odas al fracaso, saben?

No me den ánimo, no me hagan tener la esperanza de que esto puede mejorar, no me hagan confiar nuevamente. La caída duele más y más cada vez.

Hoy fue un día extraño, hablé con Alfredo Moguel y tome una clase impartida por Hugo Aboites en la UAM, fue muy jenial. (Con la j más que merecida)
Me hizo cuestinarme muchas cosas y todo iba bien.

Hasta qué...

Tengo ganas de vomitar y vaciarme de todo.
Emociones buenas y malas, odio, amor, el sentirme querida.

Quiero ser una automáta y que mi vida sea fácil y cantar lalala y no pensar nunca más y no sentir la música y no rezar para que todo acabe.

Durante un tiempo tuve como ringtone Alguien llora por ti, recuerdo eso. En ese tiempo fue feliz. Maldita sea.

Que fue lo que se torció?

Que impide que todo este bien ahora?

En ese tiempo la letra me encantaba, porque la podía tomar en mi caso y era cierta.
Ahora sería: Alguien llora por ti, alguien me odia, y tu me dejas bajo él, en el fondo.

Y yo, bien estúpida, me quedo ahí quieta.

Odio el paso del tiempo, odio que las cosas se vayan a la mierda cuando antes estaban bien y odio tomarme todo tan a pecho.
Odio ser tan sensible, odio tener que odiarme...

Me desmorono y no sé cómo evitarlo.
Aparto a todos y luego los necesito. Soy repulsiva.

No quiero pensar, no quiero pensar, no quiero pensar, no quiero pensar, no quiero pensar, no quiero pensar, no quiero pensar, no quiero pensar, no quiero pensar, no quiero pensar, no quiero pensar, no quiero pensar, no quiero pensar, no quiero pensar, no quiero pensar, no quiero pensar...

Ya sé.

Veré la televisión.

domingo, 11 de abril de 2010

Traggi un suono di cruodo lamento...

Mañana tengo una presentación de coro en la prepa y no siento nada. Ni nervios, ni emoción... NADA.

Diablos, tal vez falté un poco más para que me llegué la emoción de cantar.

Me siento extrañamente vacía. Entendí que las cosas cambiaron mucho más de lo que creí y eso fue un error bastante grave.

Dion me dice radiante, él me dice aburrida. Bueno, no lo dice como tal, pero lo da a entender. Que nos paso?

Mi oda al fracaso será hermosa, espero que la graben, y seré infelizmente dichosa. Ustedes entenderán porqué.

Escucho Parsifal, me dejo llevar y ya no estoy más.

He caído en un estupor grandioso, no total, pero es lo justo para sentirme protegida.
Ya no hay nadie que me prometa que todo estára bien.

El trance del suicida, llamare a mi recopilación de cuentos, a mis historias sobre muerte, dolor, y muchísimo amor.
Pensándolo fríamente son cuentos rosas. Eso me repugna y asombra. Yo, escribiendo sobre eso?

Bueno, tengo 17 años. Soy una adolescente. Estoy deprimida. Tengo accesos de jenialidad y locura. Soy hipersensible. Pienso seriamente en suicidarme.

Sí, básicamente es eso.

Escucho la charla de mi madre y mi hermano sobre movies, me enternecen y odio que hagan que me sienta aún más culpable. Lo haré?

Noé dice que el suicidio es un sintóma de la baja autoestima. Yo no lo creo. Soy demasiado sensible para este mundo. Me lastima.
He intentado aprender a caminar bajo la lluvia, como dice Blanquis, pero no puedo y no sé por qué.

Ahora charlan sobre mi futuro, es horrible, me duele. Mi mamá dice que seré una gran escritora, mi hermano me da aliento y yo solo sonrío.

Entiendo demasiado bien "La carta" de Luis Mateo Díez, es un minicuento bastante real, y por eso es muy triste:
Todas las mañanas llego a la oficina, me siento, enciendo la lámpara, abro el portafolio y, antes de comenzar la tarea diaria, escribo una línea en la larga carta donde, desde hace catorce años, explico minuciosamente las razones de mi suicidio.
Me voy a dormir, buenas noches.