Pero ruedan ya las lunas sordas, y en la orilla los gatos se pasean...

Bastante tiempo sin escribir, pero en serio estuve cansadita.

Les cuento que altere mi aburrida rutina vacacional para irme a casa de mi abuelo, su esposa y mis tías durante algunos días.

Llegué el sábado, como a las 6:30 de la tarde, y ya estaban esperándome en la terminal mis tías y el novio de una de ellas al cual yo no conocía y fue a conocer a mi abuelo ese día.
El clima estaba lluvioso, no sé porque me pasa eso, allí, en Tehuacan Puebla, siempre hace un calor de los mil demonios, que además es seco, y estaba yo bien contenta porque pensé que tenía la oportunidad de obtener un poquito de color, pero puff, estaba peor que aquí.
(Ya se sabe que en el D.F. y área metropolitana solo hay como tres estaciones, lluvioso, caluroso, frío)

Ahh, sí, llegué y nos fuimos a casa, hice que llevaran mis maletas, porque claro, viajar 4 horas no es algo que digas muy revitalizante y lo que quería era estirarme, no cargar.
Antes de llegar, tuvimos que atravesar unos rieles de un tren que aún pasa, y después de eso, un minirío que se formo por la lluvia, jaja, como no tengo absolutamente nada de equilibrio, debieron ayudarme a pasar, pero ya pasamos y seguimos muy felices rumbo a casa tomados de la mano mientrás cantabamos y un montón de pajaritos y mariposas nos señalaban el camino adecuado...
Ok, no.

Llegamos a la casa y fui a saludar, luego Elena, la esposa de mi abuelo, quería darme de comer, pero no sé porqué no tenía hambre y le dije que había comido en el autobús (una pequeña mentirita) y Eunice, mi tía menor, me ofreció un pedazo de Carlota, que sí acepte y nos quedamos platicando en la cocina.

Luego subí a ponerme algo más cómodo y a dejar las cosas dónde debían estar y bajé otro rato, ocupé la compu una media hora y me fui a dormir.

Jajaja, luego les sigo contando porque me está dando ansiedad-mala y escribo demasiado emo cuando eso pasa.

Se cuidan y sean felices (: