Ay, ya regreso esta maldita felicidad.

Intentar no ser tan solemne.

Soy feliz y no me causa extrañeza.
La extrañeza me la causan estos sueños tan raros. Son pesadillas, no sueños.

No sueño con un loco y una motosierra, ni con arañas o cocodrilos.

Sueño con una música desquiciante y eso causa que no haya descansado mucho en el último vez.
Invertí mi horario otra vez, mi mamá odia al mundo por eso.

Desde hace 15 días no voy a los estudios de la teología de la liberación en el Patria y extraño mucho conversar.

Pero he cantado. Mucho. Me gusta cantar. Y llorando.

Creo que me dio un subidón, espero que esto tenga un poco de coherencia.
Quiero teclear más rápido, muy rápido.

Vi la peli "Hecho en México" y me parece recordar que eso de la felicidad está escrito en una botella de mezcal.
Una vez probé mezcal, oaxaqueño, ahumando. Tenía como 12 años. No he vuelto a tomarlo.
En el funeral de mi abuelo dieron mezcal y canciones dulces con guitarras.

Recordar cosas tristes me hace querer gritar.

Podría estar en Veracruz ahora. Pero no lo estoy.
La familia paterna de mi papá es de Veracruz.

Me muero de risa.