lunes, 18 de junio de 2018

I used to believe that I could change

But I'm not that hopeful anymore


Parece que cada vez que abro este blog es para decir cuanto he cambiado.
A veces me pregunto si es verdad o sólo es lo que anhelo en serio.

Es decir, todo cambia, nada es estático en el mundo, pero no sé si cambien las cosas importantes.
Intento ser una buena persona.


Bueno, me admitieron para hacer la maestría que quería hacer, pero asumo que ya lo sabes si estás leyendo esto.
(Creo que la única que lee esto soy yo)

Ayer fue día del padre. Mi papá odia celebrar, entonces todo fue muy tranquilo, pacífico. Comimos barbacoa e hice tlacoyos que sabían bastante bien.

El sábado por la noche, mi hermano sacó a Parsi, nuestro perro, a su paseo habitual.
Se zafó de su correa y fue a pelearse con tres perros. Parsi está bien ahora, pero pasó esa noche en el hospital veterinario y tiene un collar isabelino, ya que el ataque derivo en su esterilización, porque los perros le rasgaron el escroto :/
Mi hermano sólo tiene unos rasguños que Parsi le hizo cuando se metió para separarlos.
Supongo que debió de tener miedo. Yo lo tendría.

Parsifal fue hospitalizado en el hospital donde murió Napoleón. Eso me trajo recuerdos de la soledad no querida.

El viernes fui a comer a casa de mis padrinos, fue un buen rato, platiqué con sus sobrinos, que son un poco más jóvenes que yo y muy juiciosos.

Eso me hizo recordar a mis amigos del Patria, no sé si ya no los extraño.
Durante mucho tiempo fueron un solaz, y el saberme parte de algo, la sensación de pertenencia era genial.
No sé si estoy en planicie emocional de nuevo o ya crecí y no siento anhelo de eso o ya entendí que soy parte de algo aunque no sea de qué conscientemente.

A veces siento que tengo muchas cosas que contar y no suficientes palabras para hacerlo, pero a  veces es al contrario, me abruma la cantidad de palabras existentes y yo sólo conozco una parte minúscula que puede no transmitir lo que deseo, corrompiendo el mensaje.
La gente habrá dejado de bloggear por eso?
O porque puso demasiado de si mismos en los blogs y se dio cuenta muy tarde de que eso podría usarse mal por otras personas. También me pasó a mí y volví mi blog privado y lo abandoné por eso.

Leí por ahí que las cosas realmente importantes nadie te las pregunta. Quizá sea cierto, pero quizá tampoco pensemos en ellas nunca. Y supongo que cuando pensamos en ellas, tratamos de no diletar más de lo necesario: ¿soy feliz? se convierte en ¿seré feliz si?

No sé, todo cambia, todo.

Revivo otros tiempos con música, pero eso se siente como darle la espalda a algo. Es como si el ahora no contara más que para recordar el pasado.
Hace cuatro años no habría pensando estar en dónde estoy ahora, y no sólo físicamente.
Se supone que he avanzado para bien.

Pero no me siento exultante. Sólo estoy tranquila. Es que ahora la felicidad es la paz apagada y no la efervescencia de antes?

Me pregunto si alguien que alguna vez lea esto podría reconocerme a través de las letras. Y no me refiero a esas inteligencias artificiales malévolas que ahora pueden decidir que producto quiero comprar con base en información de grupo etario y madres así.

Hay sueños que hacen que despierte con sed de ser otra. Agua hasta las rodillas y la perspectiva de conocer más, piedras que son suaves, escaleras que llevan al mismo destino. Las que se llaman pesadillas recurrentes.

Lo único que me queda de otros tiempos es la rabia.
Y eso es muy pinche triste.

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