domingo, 5 de mayo de 2013

Amo y soy moribundo...*

Hoy fue un día muy interesante. Bueno, ayer. El sábado, pues.

El viernes me desvelé un poco, me dormí como a las 3 de la madrugada escuchando música después de jugar un rato con Parsifal.
Parsifal no sabe jugar a la pelota, así que para tener un juego casi convencional, debes tener dos pelotas a la mano, arrojas una y cuando regresa hacia ti con la pelota en el hocico, debes hacer que la suelte haciendo como que lanzas la otra y así cada vez.
Es un poco raro, pero es nuestro perro y lo amamos mucho. Ya tiene hijitos, son 7 y viven con su mamá.

Escuchaba música de mis tiempos (bien oldie yo, no?) y no sé, recordé lo que mi papá me decía cuando escucha a Los Beatles "la música puede transportarte en el tiempo" y vaya que tiene razón, recordé mis tiempos de secundaria, luego mi época en la prepa 5 y todo bien chulo.

Bien, el chiste es que me desvelé y no quería levantarme hoy, pero tenía una junta con los ex alumnos del Instituto Patria además de las reuniones semanales que tengo con otros patriotas (sin contar con que Napoleón me fue a maullar que soy la responsable de su alimentación y que me apurara, que estaba siendo una humana nefasta y demás groserías gatunas), así que me desperecé y fui a servirle su comida, después me fui a desayunar y a platicar un rato con mi mamá.
Llegamos al Patria algo apurados, y la sesión fue extraordinaria. 

Me encanta la teología de la liberación. Es tan... Ignaciana. Y no sé, aunque sueno medio weird ya considero a Jesús mi hermano. 

No recuerdo si les platiqué aquí en el blog mi experiencia sobre Casa sobre la roca, creo que no, pero se las reseño brevemente.
Un fin de semana, cuando recién me habían operado, me ofrecí a acompañar a mi mamá a un retiro todo raro para señoras de esta pseudo Iglesia que a mi me parece más secta-lavacerebros que otra cosa, pero como la había invitado una mujer que también trabaja (o trabajaba, no sé) donde ella trabaja, creí que no estaría taaan mal.
El retiro duraba todo el fin de semana y yo pensé "Bueno, por qué no? A lo mejor hay más chavas de tu edad o a lo mejor hay actividades divertidas o a lo mejor aprendes algo bueno y te acercas más a Dios" Pero no paso nada de eso.
Fue en uno de esos hoteles feos gringos franquicias, era algo tipo convención y eran puras señoras de la edad de mi mamá o mayores que ella.
Bueno, fue HORRIBLE.
Además de que no podía estar quieta mucho tiempo en una posición porque me sentía más incómoda que un panista en entrevista con Aristegui, me pareció un fraude, una farsa horrible destinada a manipular a quienes se encontraban en un estado de vulnerabilidad. 
Entre otras cosas, te obligaban a vomitar para "expulsar tus pecados", a pedirle perdón a la virgen María de rodillas porque por tu culpa y tus pecados y tu existencia su único hijo fue crucificado, a  dar alaridos gritando "Te perdono" y a más cosas teatrales acompañadas todo el tiempo por pastoras o dirigentes gimoteando que ellas fueron grandes pecadoras y que Dios las perdono y ya están bien y así durante unas 36 horas.
Eso estaría muy chido si fuera cierto, pero la verdad es que el gran pecado de una consistió en querer dejar a su marido porque la golpeaba. Y no, para ellos el divorcio es lo peor del mundo, es preferible ser viuda a ser divorciada. Así que ya saben, chínguense a sus maridos y luego vuélvanse cristianas, Dios las va a perdonar pero cuidadito y se divorcian.
Supongo que hasta aquí todo más o menos bien, digo, un poco de drama no hace mal y lo de los gritos y el vómito es catártico y cuántos no lo hemos hecho a escondidas?


Lo más feo del asunto es que el retiro costaba bastante dinero, había muchas señoras humildes que se veía que habían hecho sacrificios grandes para poder ir y bueno, no nos dieron habitaciones individuales ni camas individuales. En cada cuarto debían dormir 4 mujeres y eso me recordó a los barracones de los campos de concentración porque no podías regresar al cuarto - que habías pagado, porque el precio del retiro abarcaba todo y alcanzaba para mucho más de lo que dieron- si no pedías permiso y blablabla. Ah, pero iba yo a contar lo feo, lo feo es que después de haber pagado TANTO dinero todavía te exigían que dieras más. Eso se me hizo horrible, cobrar a fuerzas un diezmo (porque sí, era diezmo y te pedían tu teléfono y tu dirección y demás) con la excusa que "Dios no acepta limosnas" fue más de lo que soporté.

Para mi no sirvió, pero si a ti (que llegas aquí por información de Casa sobre la roca) te sirve, pues que bien, me alegro de que para ti no haya sido una pérdida de dinero, fuerzas y tiempo.

Les cuento todo esto porque por fin encontré a la teología de la liberación y por fin me siento liberada. Me siento a gusto con Dios, creo que me estoy volviendo una mejor persona (vuelvo a ser para los demás) y soy muy feliz.

Ahh, yo les contaba mi día.
Después de nuestra sesión, tuve mi junta con los ex alumnos y fue muy divertido! Vi a muchos que hacía años que no veía y todos son tan Patria! Los quiero mucho, jaja.

Luego regresé a casa y comí y después programe la próxima reunión para los ex alumnos y leí el primer capítulo de una gran novela que escribió un joven al que admiro demasiado y volví a jugar con Parsi después de alimentar a Napo y fui muy feliz riendo con comedia stand up con mi papá y después escuché música oaxaqueña con mi mamá y después vi un corto sobre un perrito tan lindo que me daban ganas de apachurrarlo aunque fuera un dibujo con mi hermano y luego subí imágenes al Facebook y luego heme aquí, escribiendo como me fue en el día mientras escucho música que no conocía en Grooveshark.

Ah, si me hackean o eliminan mi blog o me vuelvo un "daño colateral", culpo directamente a Casa sobre la roca porque se sabe que no les gusta ser "difamados" por "delincuentes" como yo.


*Julio Herrera, Desolación Absurda.

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